El antiguo camino de Oruro al Perú
Andarivel sobre el rio Desaguadero.
Antiguamente, la provincia de Oruro formaba parte de la Audiencia de Charcas en la colonia, tenía como frontera el Virreinato del Perú, en el territorio que fue el departamento de Tarapacá y actualmente corresponde al territorio Chileno en la primera región de Tarapacá, Arica y Parinacota, extensión que pasó a dominio de aquel país luego de la Guerra del Pacífico y del Tratado de Ancón de 1883 y el acuerdo de 1929 bajo la mediación de los Estados Unidos.
Desde tiempo inmemorial, de acuerdo a las investigaciones antropológicas, el Norte actual de Chile y el altiplano central, particularmente el de Oruro estuvieron siempre vinculados a través de sendas naturales y caminos por los que en determinadas épocas del año se aprovechaba del intercambio de productos.
A la llegada de los españoles, este proceso siguió y además se fortaleció a través de los viajes en posta, que era la manera usual de transporte y de traslado.
Los viajes en posta consistían en la travesía de jinetes que normalmente utilizaban mulas, las que se convertían en un bien de comercio muy cotizado en ese tiempo, porque además ayudaba en el transporte de bienes y también eran aprovechadas en el transporte de minerales.
Un registro interesante de estos viajes y particularmente de Oruro, es el “Lazarillo de los Ciegos Caminantes desde Buenos Aires hasta Lima”, escrito bajo el seudónimo de “Concolorcorvo” en el año de 1773 y que se atribuye a Calixto Bustamante Carlos Inca.
Una descripción con bastante desprecio. La oficina de correos, nos cuenta, estaba administrado por un pariente de Castillejo, según el mismo lo aseveraba. Este personaje tenía para su servicio cuatro “mitayos”, que entendemos eran indígenas a su servicio que se encargaban de recoger las mulas de las postas cercanas, de las que suponemos era La Barca, Sora Sora, Venta y Media, Crucero, San Juan o Paria, de las cuales los propietarios las podían recuperar pagando su valor, y dejando las más pobres al servicio de correos.
Este administrador fue objeto de queja por no pagar el servicio de los indígenas y además de sus mujeres que se encargaban del servicio de la casa. Se debía esperar al Maestro de Postas, que se encargaría de esta actividad, pero lamentablemente en la Villa de Oruro, no era del agrado del Corregidor, esto se resolvió muchos años después. El viaje en postas era más frecuente entre Oruro y La Paz que al Perú.
En el periodo republicano, el Libertador Simón Bolívar consideró importante la vinculación entre Oruro y Tacna, por ello el 18 de diciembre de 1825 ordenó la apertura de caminos entre ambos puntos y otros distritos. Nunca se consolidó, pero aprovechando el altiplano, las vías naturales de tiempo añejo servían a los escasos viajeros.
En el año 1834, el biólogo frances Alcide D’Orbigny hizo la travesía hacia la actual provincia de Totora pasando por La Barca, La Joya, Chuquichambi, Huayllamarca y San Pedro de Totora, se notaba que muy pocos viajeros se aventuraban a llegar hasta aquellas poblaciones para continuar a Curahuara de Carangas y conectarse con Arica o Tacna.
Antigua posta de La Barca
El 10 de enero de 1856, se instruye la construcción de un camino carretero de postas que partiendo de la ciudad de Oruro termine en la frontera peruana; otra aspiración que quedó simplemente en una propuesta, pero los viajes hacían los propios pobladores para abastecerse llevando y trayendo productos.
El tráfico de postas era mayor entre Oruro y La Paz y de este distrito era mayor hacia el Perú a través de Guaqui en la frontera, dejando como una vía secundaria Oruro-Tacna. El 16 de noviembre de 1880 se inaugura el camino carretero de Oruro a La Paz con salidas semanales de diligencias; de esta manera se formalizaba el tráfico entre las dos ciudades principales de Bolivia a través de los viajes en posta, mejorando las condiciones en los albergues, que después se sustituye con el ferrocarril en los primeros años del siglo veinte.
En este antiguo trayecto, como ya lo vimos, fue poco usado, las antiguas postas cayeron por el efecto del tiempo y el abandono, terminando por derruirse, una de las últimas que aún podemos apreciar es La Barca, célebre en la historia de Oruro el 6 de octubre de 1810, lugar en el que fue capturado el Regidor de las Cajas Reales y que se escapaba con los caudales hacia el Perú, siendo sorprendido por los indígenas que lo volvieron a traer a Oruro lo que originó la suspensión de la sesión de aquel memorable día.
La Posta, aunque en ruinas se mantiene, y el viejo andarivel que transportaba la carga y pasajeros sobre el río Desaguadero. Con el tiempo fue quedando en desuso al construirse el puente, sin embargo, aquella vía aun no es aprovechada por ser un acceso de salida hacia el puerto de Arica.
Recorrer aquella vía desde la antigua Posta de La Barca, La Joya, Lajma, Vilacara, Chuquichambi, Huayllamarca, San Pedro de Totora y Curahuara de Carangas, nos permite conectar a la moderna carretera de Tambo Quemado-Patacamaya. Nos retrotrae a aquellos viajes que duraban días, llegar a la frontera es solo cuestión de horas en la actualidad, pero aprovechamos aquella añeja ruta de las postas que muy poco le dieron importancia y en tiempo moderno sucede lo mismo.
La vieja posta de La Barca se constituye un testimonio que el tiempo no tardará en pedir cuentas, pese a su historia, pasa desapercibido como toda aquella vía, la antigua vinculación de Oruro con el Perú, actualmente el Norte de Chile. No nos damos cuenta, que la historia nos muestra una vía para nuestro propio desarrollo e integración.