“Aquí está la gloria”
Coronel Miguel Estenssoro Rojas.
Hace algunas semanas tuve la agradable visita de un joven escritor de Tarija, Gustavo Manuel Guerrero, a quien conocí a través de su libro “Participación tarijeña en la Guerra del Acre”. Me causó sorpresa que opacó mi incredulidad al enterarme de valientes “chapacos” que recorrieron a pie desde el Sur del país hasta la selva en la región del Acre y ofrendar su vida en las diferentes acciones contra los separatistas.
Similar hazaña hicieron benianos y pandinos en ese tiempo conocido como Territorio Nacional de colonias que voluntariamente recorrieron desde la selva para presentarse en la Guerra del Chaco.
El joven investigador tiene en su haber otros documentos importantes como: “Un héroe sin desfile, Cnl. Lino Morales de los Reyes”; “Odisea tarijeña en la Guerra del Pacífico: Victoria en Canchas Blancas, gloria en el Alto de la Alianza”; “Vida y semblanzas de soldados tarijeños en la guerra del Pacífico” y “Coronel Miguel Estenssoro Rojas, héroe tarijeño de la Guerra del Pacífico, miembro de la Expedición Campos al Paraguay”.
Doctor Daniel Campos
Trabajos muy importantes para la historiografía del departamento de Tarija, pero a su vez contribuye al entorno nacional, en alguno de sus trabajos comparte la investigación con Juan Ramón Vaca Guzmán.
En aquella visita, tuvimos oportunidad de compartir criterios, revisar alguna documentación y pasear por el Cementerio General para poder visitar los mausoleos de la Guerra del Pacífico, del Acre y del Chaco, donde pudimos intercambiar algunos aspectos de estas contiendas y conocer además la posición como investigador sobre el hecho de Canchas Blancas del cual esperamos con mucha ansia el resultado de su investigación, frente a pretendidas “construcciones”.
Luego de la visita, recibí el libro escrito en coautoría con Juan Ramón Vaca Guzmán: “Aquí esta la Gloria, expedición boliviana de 1883”; de tal manera que nos dedicamos a introducirnos en sus páginas para transportarnos a la referencia de aquel otro libro “De Tarija a Asunción, Expedición boliviana de 1883. Informe de Daniel Campos”, que nos da cuenta de la increíble travesía que la comisión dirigida en ese tiempo por el potosino y prefecto de Tarija Daniel Campos recorriendo la ribera y el Chaco hasta llegar a la capital del Paraguay, la ciudad de Asunción.
Este trabajo es poco conocido, pero es importante para comprender los antecedentes a la Guerra del Chaco y la intencionalidad de buscar una salida por el océano Atlántico luego de la ocupación del ejército chileno en el departamento del Litoral.
Al revisar en el libro de Guerrero y Azurduy, nos damos cuenta de las expediciones que se organizaron antes de 1883 y la dificultad para cumplir con aquella empresa buscando un acceso natural de la cuenca del Plata a través de uno de sus afluentes como es el Pilcomayo que nace en las altas montañas del departamento de Potosí.
La investigación se detiene a relatar la expedición del francés Jules Crevaux en 1882 que tenia el objetivo precisamente de llegar a Asunción a través de la navegabilidad del rio Pilcomayo; lamentablemente, toda la expedición fue asesinada. Esto no mermó el entusiasmo de cumplir con el objetivo trunco del francés, se organizó otra expedición a cargo del Cnl. Andres Rivas, con un irrisorio presupuesto y con tropa del Escuadron “Potosí”, precisamente de tierras altas que no se adaptan al clima ni a la región, elemento que tampoco se tomó en cuenta en la guerra del Chaco.
Esta expedición tuvo que afrontar problemas como las deserciones, el escaso presupuesto para cubrir las necesidades de la tropa además del personal civil y la amenaza permanente de los grupos indígenas como algunas tribus Tobas, por lo que tuvieron que retornar a Tarija desde Teyú luego de un enfrentamiento con los naturales, aspecto muy bien relatado en el libro.
La expedición permitió la apertura del Consulado Paraguayo en Tarija
La expedición de Daniel Campos, nos cuentan los autores, tuvo que afrontar las limitaciones del presupuesto y subsanando las dificultades de las anteriores expediciones, solicitando el apoyo del gobierno nacional, por la importancia que esta empresa involucraba a nombre del Estado boliviano. Lamentablemente, nunca llegó el apoyo correspondiente, sólo de la Prefectura de Potosí en algún momento que envió dinero porque una parte de la tropa era oriunda de este departamento, aunque la mayor parte la conformaban de Tarija.
La Prefectura tuvo que asumir empréstitos y demás comisiones para llevar adelante la expedición, tuvieron que sortear muchas dificultades, las cuales se relata en el libro de Daniel Campos.
El título del libro se denomina “Aquí está la gloria”, y obedece a una expresión del Coronel Miguel Estenssoro que señaló el camino por el Pilcomayo. Al leer el informe de Daniel Campos, uno siente la emoción de una terrible travesía que tomó casi cuatro meses hasta llegar a Asunción el 14 de noviembre de aquel memorable año, siendo recibidos por el vecindario y autoridades principales del gobierno paraguayo.
Una increíble hazaña de los expedicionarios entre tropa y personal civil, que además acompañaron cinco rabonas las que llamaron la atención en la capital Asuncena. Posteriormente la investigación nos comparte las gestiones de repatriación de la tropa que retorna a Tarija a través de Argentina y son recibidos el 31 de enero de 1884; además se da a conocer algunos sucesos posteriores como la adjudicación de tierras en el territorio de la expedición a personalidades que nada hicieron en la expedición de 1883.
Consideramos que la investigación no es exclusiva de Tarija, es un testimonio para la historia de Bolivia, incluso en la tropa en la lista adjunta podemos ver paisanos nuestros que participaron de ella. Además, desnuda la debilidad de la atención de un gobierno centralista.
Cabildo de Asunción desde cuyos balcones despidieron a los expedicionarios bolivianos
Fue una gloria boliviana que cumplió con el objeto de establecer soberanía en un territorio que se mantenía en conflicto con el Paraguay, este país pretendía que su extensión territorial llegaba hasta las estribaciones del Aguaragüe, pero no ejerció soberanía ni intentó una expedición como la organizada por Daniel Campos.
Esta es una victoria nacional en la que debemos levantar la frente en alto por héroes que cumplieron con una increíble hazaña. Esperemos que en algún momento estos hechos se puedan enseñar en nuestras aulas educativas para levantar el autoestima del boliviano que se educó bajo el sentimiento derrotista de héroes inmolados en medio de exclamaciones.
La investigación de Azurduy y Guerrero confirma la mayor hazaña boliviana en el siglo XIX con la expedición de Daniel Campos, que de repente es comparable aunque no en la misma magnitud con la fundación de Puerto Alonso por José Parivicini en el territorio del Acre.
Desde este espacio, invitamos a conocer esta investigación y compartir en nuestro entorno para sentir el orgullo de unos cuantos que alcanzaron precisamente la gloria.