La “gringa se fue para no volver
Sonia Valera fue un baluarte del periodismo radial. (Del álbum familiar)
Por Carlos Decker-Molina
Me enteré ayer, Sonia, conocida por los colegas de Oruro y Siglo XX como “la gringa”, había fallecido. Era casi mi hermana.
La visité en ocasión de un encuentro de periodistas de radio en Siglo XX, ella trabajaba para la Radio Pio XII y yo para la Cóndor de Oruro, justo en los años bravos de la década del 60.
A mi retorno a Bolivia, en viaje de trabajo para cubrir el retorno a la democracia, me buscaron ella y su mamá, la Sra. Obdulia, para saber de mi vida y la de mi familia. Pues, les había afectado muchísimo la noticia de mi muerte en 1971, a los días se rectificó la falsa información, pero, después de 12 años quisieron verme para darme sus parabienes.
Sonia ha sido uno de los más grandes baluartes del periodismo radial. Gran lectora, extraordinaria libretista e intérprete de radioteatros. Y, sobre todo muy buena colega, entusiasta, cooperadora y creativa.
La señora Sonia Valera de Lazzo (al centro) junto al autor de la nota Carlos Decker Molina (izquierda) y su esposo Jorge Lazzo Quinteros (derecha)
Durante mi estancia en Europa perdimos contacto que, esporádicamente lo retomábamos a través de Jorge, su esposo.
Ahora es cuando surgen los recuerdos, invité a Sonia y Rodolfo Mier a unas vacaciones a Parotani donde vivía mi abuela y mi madre. Allá nos fuimos y fueron días maravillosos de paseos y chapuzones en el rio Phutina.
Nuestra amistad era de esas firmes sin la necesidad de lo cotidiano. Podíamos no vernos años, pero, cuando nos encontrábamos era como retomar la hebra de un ovillo de penas y alegrías, así fue como pude verla una vez más en 2012.
Fue en un viaje que hice a Bolivia, su esposo Jorge Lazzo Quinteros, otro periodista, fue el autor de organizar un homenaje a mi persona en la Asociación de Periodistas de Oruro, habida cuenta de que fui a dar una charla en la Universidad sobre el tema del Laberinto de las Identidades.
Nos dimos un abrazo lleno de calor humano. Le dejé uno de mis libros de recuerdo.
Sonia partió en la barca de Caronte, ya esta en la otra orilla ….
¡Paz en tu nueva residencia querida gringa!
Una mujer creativa y siempre dispuesta a cooperar. (Del álbum familiar)