Microempresarios pidieron al Concejo Municipal que cumplan sus funciones
Iván Soria, presidente de la Federación de Microempresas del Régimen General de Oruro
En audiencia pública en el Concejo Municipal de Oruro (CMO), los dirigentes de los microempresarios de Oruro, hicieron conocer su preocupación a los legisladores de la ciudad, por la falta de fiscalización que existe ante la proliferación del comercio informal en la Capital del Folklore.
El presidente de la Federación de Microempresas del Régimen General de Oruro, Iván Soria, aseguró que la labor que deben cumplir como concejales es el de fiscalizar que los personeros del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO), cumplan con su trabajo, pero existe una permisividad y falta de control, por lo que el comercio informal está en pleno crecimiento en perjuicio de las empresas que contribuyen.
“Estamos viendo una no fiscalización efectiva, en contra del comercio informal, y sobre todo en aquellos que viene de otros departamentos a hacer ejercicio de comercio, sin repercutir en la economía municipal, menos sin tener un NIT (Número de Identificación Tributaria) que sea dosificado en la ciudad de Oruro”, refirió Soria.
Los concejales se comprometieron a poner sus mejores oficios, para que las empresas tengan la seguridad para invertir en Oruro, porque en otras ciudades capitales de Bolivia, no existe esa permisividad con la que trabajan. El control es urgente, porque ya se cerraron más de 35% de empresas en Oruro.
“Ya veníamos de una crisis, hemos sido azotados por una pandemia, un post confinamiento que aún vivimos, y sobre todo competencia desleal, además del ejercicio del comercio de personas que vienen con una permisibilidad tremenda de otros departamentos al Municipio de Oruro, que nos están haciendo daño, cuando un 35% de las empresas han cerrado”, enfatizó Soria.
A esto, se tiene que sumar, que existen muchas personas que venden cosas por internet, los que no tributan a la ciudad, o los comerciantes que llegan de otras regiones del país a vender en Oruro, ante la mirada estéril de las autoridades municipales.