Hace 41 años, el orureño Luis Ramiro Beltrán ganó el premio McLuhan
Luis Ramiro Beltrán recibe el premio McLuhan (Foto Memorias de una Victoria)
Por Marco A. Flores Nogales (*)
Hoy, 5 de noviembre, es una fecha significativa, aunque olvidada, para los orureños, en especial para los comunicadores y periodistas. En este día, Bolivia captó la atención del mundo de la comunicación gracias a uno de sus más destacados comunicadores, quien fue galardonado con uno de los premios más importantes a nivel internacional.
Hasta la fecha, este sigue siendo quizá el reconocimiento más prestigioso recibido por un comunicador boliviano en el ámbito global.
La Asociación de Periodistas de Oruro (APO), institución con casi un siglo de historia en el periodismo orureño y boliviano, preserva en su biblioteca un libro titulado Memoria de una Victoria, dedicado amablemente por nuestro galardonado con el Premio McLuhan.
Este texto, elaborado por la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP), la Universidad Católica Boliviana (UCB) y la Academia Boliviana de la Lengua, contiene valiosos pasajes que extraemos a continuación.
MEMORIA DE UNA VICTORIA
A primera hora del sábado 5 de noviembre de 1983 Luis Ramiro Beltrán despertó ante una llamada telefónica de La Paz a Bogotá. Era el aviso de la Comisión Nacional para la Unesco de que había sido escogido primer laureado con el Premio McLuhan-Telegoble Canada.
Luego de expresársele la felicitación de dicha Comisión y del Gobierno de Bolivia, se le pidió guardar reserva momentáneamente pues el anuncio oficial iba a ser hecho el lunes siguiente, por el Jefe de la Delegación del Canadá ante la Conferencia General de la Unesco en París. Maravillado por la noticia, Beltrán apenas logró agradecer la notificación y cerró el contacto con un emotivo ¡Viva Bolivia!
Corrió entonces a despertar a su madre, doña Betshabé de Beltrán, a quien abrazó con júbilo indescriptible. Ella lloró y lo bendijo y él se postró ante ella para agradecerle por todo lo que hiciera por él hasta hacer posible el prodigio que ahora celebraban. Oraron juntos.
El comunicador boliviano había sido escogido entre más de 40 candidatos postulados por 28 países de todo el mundo. El jurado había llegado a una lista de cinco finalistas: Beltrán; el famoso semiólogo italiano Umberto Eco; dos de los más eminentes y prestigiosos comunicólogos de Estados Unidos: Wilbur Schramm e Ithiel De Sola Pool; y un sacerdote radialista australiano.
En la votación decisiva había ganado el nombre del candidato latinoamericano.
Al mediodía del lunes 7 de noviembre de 1983, el Ministro de Relaciones Exteriores del Canadá, Jean-Luc Pépin, anunció en París ante la XXII Conferencia General de la Unesco la designación de Beltrán.
Con su madre, Doña "Becha", y con la expresidenta de Bolivia y entonces embajadora de Colombia, Lidia Gueiler, en la cena de homenaje que le brindó la colonia boliviana en Bogotá (Foto Memorias de una Victoria)
ALEGRÍA EN ORURO
Caracterizado por la calidez, el pueblo orureño celebró con propia la conquista de su coterráneo. Amigos de la infancia, con Guillermo Barrios Ávila, acudieron a felicitarlo. Pero aún personas quien no conocía lo detenían en las calles para abrazarlo y agradecerle.
"El premio es de Oruro porque aquí empezó el camino que me llevaría hasta él", dijo Beltrán a la prensa.
El rector de la Universidad Técnica de Oruro, Guillermo Rosso, le confiere el Doctorado Honoris Causa y le impone la medalla de la institución.
PREMIO
El Premio McLuhan-Teleglobe Canadá fue creado en 1982 por la Comisión Canadiense para la Unesco en celebración del vigésimo quinto aniversario de su establecimiento.
Fue dedicado por ella a la memoria de Marshall McLuhan, el mundialmente famoso filósofo canadiense de comunicación, quien había fallecido dos años antes. Copatrocinado por la empresa estatal de comunicaciones Teleglobe Canadá, el galardón consiste de 50.000 dólares canadienses y una medalla de plata.
Se acordó otorgarlo cada dos años a partir de 1983 - por ser el proclamado por las Naciones Unidas "Año Mundial de la Comunicación" - para "reconocer cualquier obra o acción que haya contribuido en una manera excepcional a propiciar una mejor comprensión de la influencia ejercida por los medios y tecnologías de comunicación sobre la sociedad en general y en particular sobre sus actividades culturales, artísticas y científicas".
Sin limitaciones de edad, sexo o nacionalidad, el premio está abierto a individuos y a grupos que trabajan como equipo, pero no a instituciones o empresas.
(*) Es periodista.