Policía antidroga del Perú desbarata 64 pistas clandestinas
La policía antidroga de Perú desbarató en lo que va del 2022 al menos 64 pistas clandestinas de aterrizaje empleadas por clanes y organizaciones de narcotraficantes en la Amazonía peruana, de acuerdo a un informe del Ministerio del Interior del vecino país.
Las pistas estaban emplazadas en el extenso valle de sembradíos de cocales y conformado por los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), que abarca a cuatro departamentos de la República del Perú y en el que operan narcotraficantes y columnas de la guerrilla de Sendero Luminoso que les brindarían protección a cambio de pagos, según el reporte oficial.
“En lo que va del año, la Policía Nacional del Perú (PNP) ha destruido (con explosivos) un total de 64 pistas de aterrizaje clandestinas usadas por narcotraficantes para el traslado de grandes cargamentos de sustancias ilícitas (drogas)”, establece el comunicado.
Hace mención que la última destrucción se realizó el pasado lunes en el distrito de Yuyapichis en la región Huánuco, selva central del Perú.
La pista destruida esta semana con explosivos era “empleada para transportar cargamentos de sustancias controladas hacia Bolivia con avionetas”.
En lo que va del 2022, la PNP decomiso más de 81,7 toneladas de droga en operativos realizados en todo el territorio nacional y capturó a 11.570 personas por delito de tráfico ilícito de drogas.
En el VRAEM, la mayor zona cocalera de Perú, las FFAA combaten desde hace más de dos décadas a las bandas de narcotraficantes y a los remanentes del grupo subversivo de Sendero Luminoso.
Perú reinició en 2016, después de 15 años y sin apoyo externo, la interceptación aérea de vuelos ilegales en zonas productoras de sustancias controladas
Según la policía peruana, avionetas tipo Cessna, generalmente con matrícula boliviana, aterrizan en pistas clandestinas hechas por narcotraficantes en la selva para cargar cocaína y trasladarla a Bolivia y Brasil. En cada viaje las aeronaves pueden sacar 250 kilos de droga.
Perú es uno de los mayores productores mundiales de cocaína, con unas 400 toneladas anuales, según cifras oficiales. Además, es junto a Bolivia uno de los mayores productores de hoja de coca, materia prima de la cocaína, después de Colombia.