Opinión

Cierre de Chocolates Harasic: Una herida en el corazón productivo de Oruro

Cierre de Chocolates Harasic: Una herida en el corazón productivo de Oruro

El reciente anuncio del cierre temporal de Chocolates Harasic, una empresa centenaria y emblema de la industria orureña, es un duro recordatorio de la fragilidad económica que enfrentan las empresas tradicionales en tiempos de crisis. Más allá de la pérdida productiva, este hecho representa un golpe emocional y social para una región que ha crecido junto a sus sabores y tradiciones.

El incremento en el precio del cacao, principal materia prima, no solo afecta a Harasic, sino que expone una cadena de valor que incluye a productores, transportistas y comerciantes. Detrás de cada tableta de chocolate hay familias que dependen de esa economía circular. El cierre, aunque temporal, deja a decenas de trabajadores en incertidumbre y golpea el ánimo de una comunidad que ve cómo desaparece, aunque sea por un tiempo, un símbolo de identidad local.

Pero el cierre de Harasic no debe ser visto como un caso aislado, sino como una llamada de atención para las autoridades y el sector empresarial. Es urgente implementar políticas de apoyo a la industria alimentaria, incentivos fiscales y créditos accesibles que permitan a las empresas sortear la volatilidad de los mercados internacionales.

Asimismo, es necesario un compromiso social y político para proteger el empleo y fomentar la reactivación económica local. Los consumidores también juegan un papel clave: apostar por la producción nacional es una forma tangible de apoyar a las empresas que dan vida a nuestras economías regionales.

Oruro no puede permitirse perder a una empresa que, por décadas, ha sido sinónimo de calidad, tradición y sustento para muchas familias. El cierre de Harasic debe ser un punto de inflexión para repensar las estrategias económicas y asegurar que las empresas centenarias no solo sobrevivan, sino que continúen siendo pilares de desarrollo y esperanza para la región.

 

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