Oruro se postra con fe y devoción ante la Virgen del Socavón
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¡A vuestros pies, Madre!
La devoción del pueblo orureño hacia la Virgen del Socavón, también conocida como la Virgen de la Candelaria, se manifiesta cada año con fervor y entrega. Miles de creyentes acuden al Santuario para pedir su protección, agradecer sus bendiciones y renovar su fe en una tradición que ha trascendido generaciones.
La Virgen de la Candelaria es una advocación mariana de la religión católica, y en Oruro su festividad tiene un significado único. La devoción de los fieles ha convertido su celebración en una de las manifestaciones religiosas y culturales más grandes del mundo. La peregrinación danzada en su honor ha sido reconocida por la Unesco como "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad", consolidándose como un símbolo de fe, sacrificio y tradición.
Cada 2 de febrero, en honor a la Virgen de la Candelaria, el pueblo orureño realiza una peregrinación multitudinaria. La víspera, miles de devotos recorren la ciudad portando cirios encendidos, iluminando el camino hasta el Santuario del Socavón, donde se celebra una solemne misa.
“Cristo es el camino, la verdad y la vida. Es la luz que ilumina nuestro sendero, y junto a la Virgen María debemos vivir nuestra fe con amor y devoción”, expresó en una ocasión el obispo de la Diócesis de Oruro, Cristóbal Bialasik, resaltando la importancia de este acto de fe.
Más allá de la peregrinación tradicional, la expresión más emblemática de esta devoción es la peregrinación danzada. Cada sábado del Carnaval de Oruro, miles de bailarines recorren las calles en un sacrificio físico que se convierte en oración. “San Agustín dijo: ‘Si alguien canta a Dios, está rezando doblemente’, entonces, quien baila para la Virgen peregrina con aún mayor fervor”, destacó Bialasik.
El culto a la Virgen del Socavón tiene raíces profundas. Según varios estudiosos, su devoción se remonta a 1789, cuando apareció su imagen pintada en un muro del lugar donde falleció el bandolero Anselmo Belarmino, conocido como Nina Nina. Desde entonces, su figura se convirtió en un símbolo de protección, especialmente para los mineros y los folkloristas de Bolivia.
Fotografía tomada por Carlos Portillo en el año 1922
La imagen de la Virgen del Socavón, una pintura al fresco sobre yeso, se encuentra en un muro de adobe en las faldas del Cerro Pie de Gallo. Con el tiempo, en torno a ella se erigió una ermita, que más tarde se transformó en el Santuario que hoy recibe a miles de devotos cada año.
Vestida con un hábito carmesí y un manto azul adornado con 40 estrellas, la Virgen del Socavón sostiene en su mano izquierda al Niño Jesús, quien porta un globo terráqueo, mientras que en su mano derecha lleva un cirio encendido, simbolizando la luz que guía a la humanidad.
Cada año, el pueblo orureño renueva su compromiso con la Virgen del Socavón, manteniendo viva una tradición que, más que un acto de fe, es una manifestación de identidad, cultura y amor inquebrantable.
La Virgen de la Candelaria en el mundo
La Virgen de la Candelaria es una advocación mariana de la religión católica cuya devoción se ha extendido a diversas regiones del mundo, especialmente en España y América Latina. Su culto tiene sus raíces en Tenerife, España, donde la imagen fue venerada por los guanches, los primeros habitantes de las Islas Canarias, antes de la llegada del cristianismo. En 1497, la Virgen de la Candelaria fue proclamada patrona de Canarias, y desde entonces su devoción se expandió con la evangelización.
En América, la Virgen de la Candelaria es venerada en países como Perú, Colombia, México y Bolivia, donde se le atribuyen milagros y se la asocia con la protección de los fieles en tiempos de dificultad. Su festividad, celebrada cada 2 de febrero, simboliza la luz y la purificación, en referencia a la presentación de Jesús en el templo y la purificación de la Virgen María según la tradición judía.