Elías Sagárnaga y la aventura del Acre
Dr. Elías Sagárnaga
Maurice Cazorla Murillo
EL FULGOR.com
ORURO
Existe una generación que aparentemente se encuentra en extinción, aquella que dedica sus apacibles tardes o largas noches que incluyen la madrugada del día siguiente en la apasionante lectura de libros que se tiene en el estante y que de alguna manera se dejaron postergados para “leerlos más tarde”.
Muchas cosas suceden, ajenas a la voluntad o porque dedicamos nuestra atención a otros temas de interés en la lectura, lo que nos deja la limitación de agarrar aquel libro que dejamos postergado.
Este fin de semana, luego de volver a colocar en el estante algunos libros sobre la historia de la Guerra del Pacífico, decidimos volver a tomar un libro que teníamos postergado y que fue propicia la oportunidad para dedicar este tiempo a introducirnos en la aventura histórica, particularmente aquella que nos apasiona: la guerra del Acre.
Hace algún tiempo, decidimos buscar bibliografía propia sobre este conflicto, y nos place decir que tenemos una colección considerable sobre el tema, aun no completa, pero con importantes ejemplares que nos permiten inmiscuirnos en lo que dijo nuestro buen amigo Jorge Abastoflor: “de las guerras conocidas, la Guerra del Acre es la más desconocida”. Efectivamente, esta premisa es cierta, porque aquellos libros publicados antes de la guerra del Chaco y dedicados a la campaña del “noroeste” como decían sus protagonistas, son difíciles de acceder.
Pocas ediciones se reimprimieron, de la cual destacamos la hermosa publicación de la Biblioteca del Bicentenario sobre “Anotaciones y documentos sobre la Campaña del Alto Acre, 1902 – 1903” del importante industrial de la goma como lo fue Nicolás Suarez, desentrañando todo lo que hizo en favor del país y del ejército en campaña, además de la columna “Porvenir”, formada con sus propios recursos y los hombres que trabajaban en sus barracas.
Circulan por ahí, ediciones digitales de otros libros; sin embargo, la generalidad de la población no accede a esta importante bibliografía.
En virtud a ello, llegó a nuestras manos, un libro completamente desconocido en la bibliografía sobre el Acre, y precisamente es un hermoso trabajo a modo de testimonio escrito por el médico Elías Sagárnaga que titula “Recuerdos de la Campaña del Acre de 1903”. Esta edición, por supuesto agotada en su tiempo, fue publicada en el año de 1909 en la ciudad de La Paz en los talleres Gráficos de la Prensa de José Calderón y consta de casi 200 páginas.
El autor nos hace la advertencia que este libro como muchos otros similares, fue publicado a partir de sus Notas de Viaje. Muchos de quienes escribieron sobre esta campaña, lo hicieron en libretas, hojas sueltas o en papeles que después se fueron armando para redactar un libro. El más conocido es de José Aguirre Achá “De los Andes al Amazonas”, editado inicialmente en 1902, luego en 1927 con adiciones de la segunda campaña y reimpreso en la década de los años setenta. Debo decir que fue el primer libro que leímos sobre la campaña del Acre, lo que nos dejó impresionado.
Libro del Dr. Elías Sagárnaga
El autor, Elías Sagárnaga, nació en La Paz en el año de 1872, estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires y se tituló luego de presentar la tesis: “tumores malignos de la Laringe y Laringectomía” el año de 1899, posteriormente se especializaría en Paris.
Mientras estuvo en Argentina, fue nombrado Cirujano Miliar. En el año de 1903, encontrándose en Bolivia, fue invitado por el presidente José Manuel Pando para desempeñar el cargo de Cirujano Jefe de las Ambulancias. Al concluir la campaña, fue director del primer hospital militar, fue docente universitario en la carrera de medicina llegando a ser decano y vicerrector de la Universidad Mayor de San Andrés.
Cumplió roles en el hospital de la calle Landaeta y el General de Miraflores. Su trascendencia en la medicina realmente es destacable. No se tiene datos de su fallecimiento, pero se tiene noticia de su descendencia que reside en Salta Argentina y en Tarija, además de estar emparentado con uno de los protomártires de la Independencia como fue Juan Bautista Sagárnaga, que también tiene familia en la ciudad de La Paz.
El relato del libro “Recuerdos de la Campaña del Acre de 1903” comienza con el inicio de la travesía, desde la ciudad de La Paz la que se hizo por supuesto a pie con el batallón 5º de Infantería, describiendo aquellas dolorosas despedidas en la Garita de Lima. Fueron pasando diferentes poblaciones desde El Alto, Laja, Achacachi, Sorata y luego embarcarse en los ríos que los llevarían hasta Riberalta y posteriormente hasta Palestina y Puerto Rico. En esta campaña acompañó el propio presidente del país el General José Manuel Pando. Sin embargo, el doctor Elías Sagárnaga sería de los últimos en volver a La Paz luego de un año de ausencia junto al Batallón 1º, conocido por nosotros como los “Colorados”.
Una anécdota digna de mencionar, se refiere a un perrito que los acompañó cuando la expedición pasaba por Achacachi, el animalito se convirtió en compañero inseparable en toda la campaña hacia el Norte y además estuvo en el difícil regreso hasta la ciudad de La Paz pasando por el Beni y Cochabamba, fue bautizado por los soldados como “Voluntario”.
El desarrollo de la campaña, los encuentros con la naturaleza tan diferente y agreste a quienes no estamos acostumbrados a la región, ayuda a transportarnos imaginariamente en cada uno de los relatos, pero también el avance de las tropas de Placido de Castro y también del coronel Rafael Cunha Mattos, entre ambos se disputaban nuevamente el liderazgo de los “revolucionarios” del Acre, amenazando Puerto Rico y Palestina.
Menciona también la pretensión de un comisario del Perú de apellido Villalba, izó la bandera de su país en el alto del Madre de Dios, reclamando ese territorio. El general Pando envió una columna de 50 de hombres del 1º de Infantería, para resolver aquella pretensión. La presencia del ejército del Brasil con más de mil hombres a la cabeza del General Silveyra, verificaban el cumplimiento del Tratado de Petropólis entre los acontecimientos más importantes.
Entre alguna de las anécdotas, para hacer llevadera la estadía, toda la expedición se organizó para el festejo de la fiesta de la Virgen del Carmen en la cual toda la tropa decidió organizar bailes populares, incluyendo a los propios cruceños que eran parte de la columna Santa Cruz. Se destaca entre las danzas cuyos disfraces fueron confeccionados por los propios soldados, desde “payasos”; “viejos”, aunque entendemos que eran “Auqui Auqui” y llameros.