En cabildo público que se desarrolló este viernes en Llallagua, al norte del departamento de Potosí, los pobladores declararon enemigo al expresidente Evo Morales y exigieron justicia por los hechos de violencia que se cobró la vida de cuatro fallecidos y heridos entre policías y civiles, emboscados y torturados por una horda del ayllus “qaqachas evistas que emplearon armas de fuego y explosivos.
En la concentración del soberano, la población de Llallagua reconoció como mártires a los oficiales y sargentos de la Policía que ofrendaron su vida en medio del conflicto, mientras intentaban restablecer el orden para la libre locomoción.
La ciudadanía testificó con preocupación los momentos de tensión vividos durante los bloqueos protagonizados por una turba de los ayllus, que impidieron el ingreso a la localidad y causaron zozobra entre la población.
La resolución del Cabildo Público, aprobada por unanimidad, incluyó más de diez puntos, entre ellos, el pedido de renuncia del alcalde Adalid Aguilar y del Concejo Municipal.
Entre las principales determinaciones, además de rechazar la figura de Evo Morales, se exigió la instalación de una unidad (cuartel) militar con presencia permanente en Llallagua y de establecer sanciones para los responsables de los actos de violencia.
Asimismo, se determinó prohibir la venta de gasolina en bidones y el ingreso de vehículos indocumentados, como medidas para mejorar la seguridad de la población.
El Cabildo también demando a los comerciantes mantener precios justos, y declaró el 12 de junio como el “Día de la Dignidad Llallagüeña”, en conmemoración a la llegada de policías y militares que restablecieron la calma.
Entre las determinaciones del Cabildo, figura la renuncia del Defensor del Pueblo, cuestionado por su rol durante los días luctuosos que vivió la población, entre hombre, mujeres, los niños, universitarios y adultos mayores.
dea