Bolivia conmemoró este viernes el Día Mundial de la Libertad de Prensa en un contexto de alto riesgo para el ejercicio periodístico y de grave precarización de las condiciones laborales y de trabajo de las y los periodistas.
En lo que va del año, se han registrado 32 vulneraciones a la libertad de expresión y de prensa en el país, entre las que destacan las agresiones físicas, amenazas, insultos, intentos de judicialización, presiones para levantar el secreto de fuente y un contexto general de impunidad en delitos contra periodistas.
A ello se suma la severa precarización de las condiciones de trabajo que coloca a 8 de cada 10 periodistas en una situación de inestabilidad laboral, bajos ingresos, falta de seguridad social y vulneración de otros derechos laborales. Esto se ve agravado por el cierre de medios de comunicación, producto de la crisis económica que afecta a las empresas periodísticas, pero sobre todo que precariza mucho más la profesión.
Asimismo, es evidente la falta de voluntad y decisión de los gobernantes para avanzar en la aprobación de una Ley de Acceso a la Información Pública y la persistencia, en los servidores públicos, de prácticas de ocultamiento de la información, arbitrariedad en los formatos, tiempos y medios para transmitirla e incluso incumplimiento de las normas que los obligan a poner a disposición de la ciudadanía en los sitios oficiales, información relevante y actualizada sobre la gestión.
En esta fecha, reivindican una vez más la importancia sustantiva de la libertad de prensa para la democracia y los derechos humanos, y reiteran la decisión de defenderla, promoverla y exigirla como una garantía irrenunciable y esencial para alcanzar la justicia, la libertad y la equidad.
Este 2024, la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y las nueve asociaciones departamentales del país, se adhirieron al llamado de la ONU que destaca la importancia del periodismo y la libertad de expresión en el contexto de la actual crisis ambiental en todo el mundo y que adquiere especial relevancia en Bolivia por los riesgos y desafíos que las y los periodistas debemos encarar para informar en un contexto de destrucción de los ecosistemas y de vulneración de los derechos de las y los defensores ambientales.