El vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Gustavo Ávila, valoró como "histórico" el Acuerdo por la Democracia firmado ayer entre los candidatos a la presidencia por Libre, Jorge Quiroga, y por el PDC, Rodrigo Paz, destacando el reconocimiento de la confiabilidad del padrón electoral y del Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre).
“Todos los puntos del acuerdo son importantes, pero hay algunos que destacan por su impacto directo en la credibilidad del proceso. Uno de ellos es sin duda el reconocimiento sobre la confiabilidad del padrón, del sistema de cómputo y del Sirepre. Todos han reconocido que tenemos un padrón transparente, confiable”, explicóÁvila en contacto con la privada RTP.
El compromiso de respetar los resultados del 19 de octubre forma parte de los 9 puntos firmados por ambos candidatos y sus equipos técnicos, en la reunión que Ávila describió como inédita.
“Es la primera vez que, antes de un balotaje, los candidatos se sientan con el TSE y acuerdan públicamente reglas claras y éticas para la campaña”, subrayó.
Uno de los elementos clave del acuerdo es que, al confiar en la limpieza del padrón y los sistemas técnicos, los candidatos se comprometen también a respetar los resultados del balotaje.
“Si confían en el padrón, entonces respetan los resultados. Es un tema que está conectado directamente”, remarcóÁvila.
Otro de los puntos relevantes del acuerdo incluye el compromiso de evitar la guerra sucia durante la campaña. Los candidatos se comprometieron a centrar sus mensajes en propuestas y a participar en los debates oficiales organizados por el TSE.
Además, el Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (SIFDE) será responsable de monitorear redes sociales e identificar ataques o desinformación.
“El TSE actuará con prontitud en caso de denuncias documentadas. Además, convocaremos a representantes de medios de comunicación para que también asuman un rol responsable en este proceso”, añadióÁvila.
La autoridad electoral destacó que este acuerdo, más allá de sus aspectos técnicos, refleja una voluntad política de respetar las reglas del juego democrático.