¿Adiós al pulmón de Oruro?
Por Oscar Chávez C.
“Si hoy en día las guerras son por el gas y el petróleo en el mundo, mañana van a ser por el agua”. Es un concepto que para especialistas que trabajan en atención a problemas medioambientales, no es muy lejano de hacerse real; la probable desaparición del lago Uru Uru en unos cuantos años y con él su fauna y flora, alteraría el comportamiento climático en la ciudad de Oruro, además de afectar a la recarga delos acuíferos sub terréanos de Challapampita y Cala Cala, que son las fuentes principales de abastecimiento de agua para la población.
En el departamento de Oruro se encuentran dos humedales de vital importancia, los lagos Poopó y Uru y Uru, que el 2002 fueron declarados como sitios Ramsar por las características de su ecosistema. El primero atraviesa por una situación de extrema sequía desde finales del 2015, prácticamente no logró recuperar su caudal y algunos expertos anticipan que toda su extensión terminará por convertirse en un salar; en cuanto al Uru Uru, su futuro podría ser el mismo si no se encaminan acciones inmediatas a mediano y largo plazo que permitan la conservación de este espacio natural.
Así luce el lado Este del Uru Uru
En el lado Oeste se puede apreciar que el grado de contaminación es menor
EL LAGO Y SU REALIDAD
Es importante recordar que, el lago Uru Uru, ubicado hacia el Sur de la ciudad de Oruro, tiene una longitud aproximada de 21 kilómetros y una superficie de entre 120 y 224 kilómetros cuadrados. La vía férrea divide su caudal permitiendo observar dos realidades; por un lado, hacia el Este, las aguas son turbias y negras desprendiendo a su vez un olor desagradable, lo que no ocurre en el sector Oeste, allí todavía se distingue la naturalidad que refleja el azul del cielo.
Pero, ¿cuál la causa de esta situación?, vayamos por partes. El río Tagarete, cuyas aguas turbias cargadas de metales pesados expulsados desde la mina San José, ubicado al Noroeste de Oruro, arrastran consigo grandes cantidades de plásticos y residuos sólidos, terminando su desemboque en una de las zonas de ingreso al lago Uru Uru que precisamente alimenta al sector Este, a ello se suman las aguas residuales que, según instituciones y voluntarios ambientalistas, no reciben un tratamiento adecuado.
Al ser la parte considerada como más crítica por los factores de contaminación, un recorrido emprendido por técnicos del Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA), profesionales en el área medioambiental y líderes ambientales, verificaron el estado actual del canal Tagarete, además de medir los niveles del Potencial de Hidrógeno (PH) del agua, los resultados son alarmantes.
La primera muestra tomada en el sector Este, sobre la calle Santa Bárbara, presenta un nivel de PH 4, indicador que establece que las aguas de esa zona contienen una carga ácida altamente contaminante; por lo tanto, no es apta para el consumo humano.
El recorrido continuó hasta llegar a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales por ser el desemboque directo tanto de aguas servidas como de las aguas de mina. De igual forma el panorama es desalentador al evidenciar su mal funcionamiento; peor aún, con un nivel de PH 4, estas aguas llegan directamente hacia el lago Uru Uru, por ello el olor y color turbio de su caudal en gran parte de su superficie.
El lado Oeste, si bien presenta “otra cara”, su situación no lo deja exento del problema de la contaminación por la actividad minera. Tiene conexión directa con uno de los brazos del Rio Desaguadero, cuyas aguas van disminuyendo por el desvío que las comunidades rurales provocan para el riego de sembradíos. La toma de una muestra de PH del agua establece un nivel 7.5 (neutro), que significa que es apta para el hábitat natural, ello responde al porqué este sector del lago presenta un color más atractivo.
“Es una buena señal de que no todo está perdido, lo que tenemos que hacer es salvar esta área, mejorar el hábitat, el medio ambiente, pero para ello necesitamos planes maestros”, afirmó Guillermo Quispe, docente de la Facultad Nacional de Ingeniería (FNI), de la Universidad Técnica de Oruro (UTO).
La toma de muestras de PH se realizó en diferentes sectores desde el canal Tagarete hasta el lago Uru Uru
El resultado de la medición del PH del agua muestra los índices de contaminación
Las aguas del lado Oeste avizoran que el corazón del Uru Uru todavía late
LA PROBABLE DESAPARICIÓN DEL URU URU Y SUS CONSECUENCIAS NEGATIVAS PARA LA CIUDAD DE ORURO
La geografía del departamento de Oruro ubica a sus dos importantes lagos, el Poopó y el Uru Uru, en una zona endorreica; dicho en otras palabras, que sus aguas no tienen desemboque o conexión con otros afluentes, lo que hace que el ciclo hidrológico sea cerrado, pero porsu importancia debe ser conservado.
Ahora bien, habíamos mencionado que la superficie del Uru Uru comprende entre 120 y 224 kilómetros cuadrados; en períodos de estiaje, su proporción se reduce a menos de la mitad, a ello se suma otro fenómeno todavía más preocupante, el nivel de evaporación del agua, producto del cambio climático, ocasiona que su caudal reduzca en al menos cinco milímetros por día a una temperatura promedio de 18 grados centígrados. De continuar este panorama, las proyecciones advierten su desaparición en un tiempo promedio de tres años; pero, ¿qué pasaría si el lago Uru Uru desapareciera en unos cuantos años? los efectos serían funestos y los afectados directos, la biodiversidad de especies animales y la ciudad de Oruro en su conjunto, puesto que, al no tener un agente que controle la erosión, el equilibrio del comportamiento climático sufriría un cambio brusco.
“De pronto van a aparecer vientos huracanados en la ciudad de Oruro, en cualquier momento se van a dar las lluvias, al mismo tiempo de llover, está granizando, el ciclo hidrológico prácticamente se va a descontrolar”, indicó el catedrático de la FNI.
Por esta razón es que este espacio natural es considerado “el pulmón de Oruro”; más allá de ser fuente de vida para comunidades pesqueras, flora y fauna silvestre, es de gran importancia para el sector urbano ya que contribuye a la recarga de los acuíferos de Cala Cala y Challapampita, es decir, que si la sequía del Uru Uru deriva en su desaparición, la ciudad atravesaría consecuencias por la probable escasez de agua potable, aspecto que en otrora no fuey, en la actualidad, tampoco es tomado en cuenta por las autoridades en gestión de gobierno.
“Estamos frente a un problema serio, muy serio, por eso las lluvias que nosotros tenemos a veces son arrebatadas por el viento, esto es porque no hay humectación de estos lagos para que el ciclo del agua siga y continúe como debe ser. (Los acuíferos subterráneos de) Challapampita vienen de la recolección de agua de las lluvias y el lago aporta a su recarga, y si el lago se seca, no vamos a tener ni siquiera agua potable para Oruro”, sostuvo Carlos Sandy, profesional experto en el campo minero.
Aguas que desembocan directamente al lago
LA MINERÍA Y EL MEDIO AMBIENTE EN DESEQUILIBRIO
Otro factor que incide significativamente en la disminución del espejo del agua, hace referencia a la actividad minera en el cerro San José. No se conoce con exactitud la cantidad de sedimentos que diariamente son arrastrados por el canal Tagarete hasta el Uru Uru; no obstante, estos se van acumulando con el paso del tiempo, haciendo que la profundidad de las aguas sea cada vez menor y estas se evaporen rápidamente por efecto de la radiación.
“Estamos provocando la sedimentación de nuestro lago, el Uru Uru ya no es un lago que tiene una pendiente, con toda la sedimentación ya se está volviendo un lago plano. Cuando fuimos a verificar, su nivel de profundidad está a 20 centímetros, 30 centímetros y a ese nivel la evaporación del agua es más rápida”, advirtió Limberth Sánchez, técnico del Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA).
RESPONSABILIDAD
La Ley 535 de Minería y Metalurgia, en su artículo 219 establece: “…El responsable (operador minero) estará obligado a prevenir, controlar, reducir y mitigar los impactos ambientales negativos, y remediar y rehabilitar las áreas explotadas de acuerdo a normas ambientales aplicables, con sujeción al numeral 3 del artículo 345 de la Constitución Política del Estado”. Aplicando el mandato de la ley a las operaciones mineras de San José, las aguas de interior mina deberían de recibir un tratamiento adecuado antes de ser evacuadas para evitar daños que, hoy por hoy, son provocados hacia el medio ambiente. Es clara la acción que pasa por alto la normativa vigente e inclusive afirmando que es “casi imposible” obligar a las cooperativas mineras responsabilizarse por los efectos negativos hacia la naturaleza, toda vez que en la actual coyuntura política son considerados como aliados o un brazo importante para el Gobierno nacional.
“Los cooperativistas dicen, tenemos que bombear esas aguas porque si no, van a afectar nuestras áreas de trabajo. Según ellos, hacen el favor de bombear y evacuar, pero están conscientes de que sí es necesario hacer el tratamiento de esas aguas, pero, el problema es quién paga (los recursos económicos)”, aseveró el técnico del CEPA.
Las aguas de mina están llenando de sedimento gran parte de la extensión de este espacio natural
LA MIGRACIÓN DE LAS AVES EN BUSCA DE AGUA Y ALIMENTO
A pesar del grado de contaminación de las aguas del Uru Uru con metales pesados como el Plomo, Estaño, Cianuro, Arsénico, Zinc, Cadmio e inclusive Mercurio, existe presencia de aves, en particular de flamencos andinos. Esto quiere decir que, aunque en un mínimo porcentaje, existen nutrientes que son su alimento; sin embargo, a pesar de que no existen estudios de la biología de las especies de aves que habitan esta región, se cree que su organismo, al igual que las aguas, conllevan metales pesados y que los efectos serían notorios por la variación del color en su plumaje, no todas son de blanco en un combinado rosado o rojizo, existen bandadas cuya particularidad de su color son marrones o negro.
Otras especies, en el caso de las gaviotas van sentando presencia en diferentes sectores de la ciudad de Oruro, por ejemplo, en el Relleno Sanitario de Huajara de la zona Noreste, a lo largo de la avenida Circunvalación por la existencia de promontorios de basura o en la salida hacia la carretera a Cochabamba, un fenómeno que no era usual al menos hasta hace un par de años.
“Las aves solo buscan alimento y agua, nunca se sabe ver gaviotas en la ciudad, ahora están volando como las palomas, es el efecto de la sequía del lago Poopó y la realidad del Uru Uru, están recorriendo cada vez más hacia la ciudad, es que nosotros también con las nuevas urbanizaciones estamos invadiendo su hábitat”, agrega Sánchez.
Las especies de aves están perdiendo su habitad por la falta de alimento y agua
PLANES MAESTROS, LA ALTERNATIVA PARA UNA REMEDIACIÓN A FUTURO
Instituciones ambientalistas entre otras organizaciones, cuestionan que desde hace décadas no se hayan puesto en marcha políticas para el manejo del agua, residuos sólidos y de los lagos en sí, acciones que en la actualidad están ausentes dentro de los planes de gobierno, ya sea en la alcaldía de Oruro, como del gobierno departamental. Se dijo que inicialmente se requiere de un Plan Maestro de Drenaje Pluvial para controlar 18 canales que están desembocando por diferentes sectores de la zona urbana y por ende al lago Uru Uru. Otra recomendación se enmarca en implementar plantas de tratamiento de aguas para que su desemboque final contribuya a la preservación de la naturaleza, eliminando las cargas altamente contaminantes.
“Hay que declarar esto (el lago Uru Uru) desastre ambiental y con esa declaratoria podemos lograr este Plan Maestro Integral del lago Uru Uru, eso vale millones y millones de bolivianos, pero lo podemos lograr, si lo ha logrado La Paz para el (lago) Titicaca, porqué nosotros no”, manifestó Guillermo Quispe, catedrático de la FNI.
La tarea de esta gestión es atribuida a la Brigada Parlamentaria de Oruro, que en su trabajo no destaca un norte que priorice dar marcha a políticas destinadas en favor del medio ambiente, los conflictos internos entre autoridades de oposición y oficialismo pesan más en la actualidad, lo que impide unificar criterios para encontrar alternativas de solución por la gravedad de esta problemática.
“Tratar este tema solamente se queda en el discurso, en la Brigada Parlamentaria ya se ha suspendido las sesiones tres veces seguidas porque los asambleístas del oficialismo estaban en esa marcha (convocada por el MAS) que llegó a La Paz. Lamentablemente prevalece más el tema político que tratar la agenda regional y en él la problemática del lago Poopó y Uru Uru”, indicó Orlando Valdéz, diputado de Comunidad Ciudadana (CC).
La bancada opositora presentó un plan de trabajo en base a seis ejes, uno hace referencia a los problemas medioambientales que se van atravesando en la región, para ello a su vez será importante conocer los lineamientos tratados en la reunión binacional sostenida con el gobierno peruano a finales de octubre, además del destino de alrededor de 10 millones de euros otorgados por Unión Europea, mismos que fueron administrados por el Programa Cuenca Poopó desde el Gobierno Autónomo Departamental de Oruro, cuyo objetivo era el de preservar los lagos Poopó y Uru Uru.
“En algún momento preguntábamos a la gobernación o a las autoridades del ministerio (de Medio Ambiente), ¿cuál es la estrategia para preservar el lago Uru Uru y el lago Poopó?, la respuesta es clásica, estudios, diagnósticos y se quedan ahí, y si es que hay, nos dicen que les falta presupuesto, hay que solicitar cooperación externa porque a nivel de los presupuestos municipales, departamentales, no hay”, agregó el técnico del CEPA.
FAENAS DE LIMPIEZA QUE DURARON POCO
A finales de marzo de esta gestión, Oruro estuvo en el ojo del mundo al conocerse que gran parte de uno de los accesos al lago Uru Uru se había convertido en un mar de plásticos y residuos sólidos, al extremo de encontrar inclusive cadáveres de personas que no fueron identificadas por el estado en el cual se losencontró.
La alarma ambiental movilizó a instituciones públicas, privadas, ambientalistas y la colectividad en general encarando faenas de limpieza, en el propósito de devolverle a la naturaleza este ecosistema. La extensión de los residuos depositados sobrepasaba los dos kilómetros, cuya profundidad comprendía más de los dos metros, según información brindada por técnicos del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO).
“Mientras más escarbamos, continúa y continúan saliendo los plásticos, parece interminable”, afirmó un ciudadano quien llegó al sector portando un saco de yute y su rastrillo.
El trabajo se extendió por algunas semanas a partir 8 de abril, cuyo resultado se mostraba alentador por la nueva cara que comenzaba a reflejar el ingreso al lago desde el canal Rosso. Hasta junio se había recolectado un promedio de 10 toneladas de plástico; pero, lo positivo nuevamente se empañó cuando a finales de noviembre, técnicos del CEPA y líderes ambientales visitaron el lugar.
“Grande fue la sorpresa porque hasta octubre no había mucho plástico, fuimos a finales de noviembre y nuevamente todo estaba colmatado de botellas, había canes muertos, otros animales muertos, hemos intentado limpiar, pero es muy complicado”, sostuvo Sánchez.
La respuesta para explicar la presencia de plásticos y otros residuos hace referencia directa a las lluvias acontecidas recientemente; por tanto, el problema vuelve al inicio, las aguas de lluvia se acumularon en el canal Tagarete y éstas arrastraron toda la basura que es generada por la población orureña, provocando nuevamente el daño ambiental.
Para la responsable de la organización ambientalista “Campaña Permanente Oruro te Quiero Limpia”, Beatriz Olmos, el problema estructural implica la responsabilidad de la ciudadana y el ciudadano; no existe conciencia ambiental en los hábitos de consumo al ser evidente que todo tipo de residuo es aventado a las calles, en los centros de comercio de igual manera. En el caso del canal Tagarete, son varias las décadas en las que se convirtió en un botadero, también se encontraron cadáveres de personas.
“Hemos planteado que se ponga en vigencia una normativa que elimine el uso de plásticos y bolsas nylon, esta es competencia directa del Concejo Municipal, pero hasta ahora no vemos el avance de esta propuesta que le haría mucho bien al lago Uru Uru porque su corazón todavía late”, aseguró.
En respuesta a dicho planteamiento, la Comisión de Medio Ambiente del Concejo Municipal de Oruro, inició el trabajo de socialización de un proyecto de ley municipal que tiene como objetivo disminuir el uso de plásticos en diario vivir de la colectividad, a pesar de ser una tarea a largo plazo, se estima que la normativa entrará en vigencia en los primeros meses del 2022.
“Oruro va a tener una la ley municipal para disminuir el uso de plásticos, lo que queremos es que cuando el ciudadano o la ciudadana vaya a la tienda, ya no vaya con su bolsa, sino con su panero o una bolsa ecológica. En los mercados lo propio, cambiar la mentalidad, lo más importante es hacer consciencia, así vamos a dejar de afectar y contaminar a nuestro lago”, aseguró Samuel Mendizábal, presidente de esta comisión.
Para este fin también se solicitará la participación de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), instituciones públicas, privadas y organizaciones que trabajan en bien del medio ambiente.
Las jornadas de limpieza en el mes de abril
Lo que hasta hace semanas aparentaba ser una zona despejada de residuos, hoy luce así nuevamente
AGUA PARA LA MINERÍA O AGUA PARA LA VIDA
Al inicio de este reportaje resaltábamos una frase: “Si las guerras en el mundo son por el gas y petróleo, mañana van a ser por el agua”, son varias voces que resaltan que los conflictos bélicos en el mundo están dando un giro y que Bolivia no está al margen de ello.
En esta lógica, se propone que debe ser la población que, por voluntad del voto democrático, determine el destino futuro del agua, si debe ser prioridad para la vida o para continuar activando operaciones mineras.
“Es un desafío que está en las manos de las autoridades y nosotros, ¿será más importante la explotación minera?, o será más importante el agua para el consumo humano. Talvez de aquí a un año se pueda llegar a un referéndum donde decida la población si quiere agua para la vida o para la minería, nadie puede hacerse dueño único del agua”, expuso Guillermo Quispe.
“NO HEMOS APRENDIDO LA LECCIÓN”
Para nadie es indiferente la crítica situación de sequía del lago Poopó, el segundo más grande de Bolivia después del Titicaca. Desde el 2015 se había advertido de su sequedad extrema; pero que hasta nuestros días no hubo gestión que vele por su preservación.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “La sequía está a punto de convertirse en la próxima pandemia y no existe una vacuna para curarla. La sequía ha afectado directamente a 1.500 millones de personas en lo que va de siglo y este número crecerá drásticamente a menos que el mundo mejore en la gestión de este riesgo y comprenda sus causas fundamentales y tome medidas para detenerlas”.
En Oruro, la crisis política nacional y regional, por el constante cambio de autoridades, hizo su parte dejando desamparado al pulmón de Oruro. Se espera que en las siguientes semanas las instituciones se aglutinen para trabajar en un norte, cuyo fin agote todas las alternativas para que este sitio Ramsar sea un espacio protegido por su importancia vital para la vida.
“Esta investigación fue realizada en el marco del Fondo Concursable Spotlight XI de Apoyo a la Investigación Periodística en los Medios de Comunicación que impulsa la Fundación Para el Periodismo”.