Histórico porque siempre se lo marginó desde su creación, considerado departamento pequeño, no gravitaba en el entorno de los departamentos del eje central. Político porque sus hijos que tuvieron la oportunidad de representarlo, pensaron solo en sus intereses personales o sectarios y en lugar de generar políticas públicas para su desarrollo se acomodaron primero ellos.
Y económico, que se debe a diversos factores tanto internos como externos. A nivel interno aún no se ha construido un escenario de identidad regional entre la capital beniana y las provincias sobre todo con la provincia Vaca Diez, con la cual permita construir una cohesión cultural y objetivos comunes estratégicos. Por otra parte, las autoridades y la burocracia estatal no permiten encarar el desarrollo con visión de futuro. Así mismo, no existen proyectos a largo plazo sobre el uso y aprovechamiento de los recursos naturales. Solo se ejecutan proyectos a muy corto plazo que más parecen parches que proyectos.
A nivel externo, no se han encarado políticas de mejoramiento de vías camineras, la mala infraestructura caminera, bloquea proyectos productivos y encarece los artículos de la canasta familiar sobre todo en tiempo de lluvias constantes. Así mismo, continúa la explotación de los recursos naturales y venta de materia prima sin darle un valor agregado. Y un elemento que no permite la implementación de fábricas, trabajo empresarial, y micro empresarial, es la deficiencia de energía eléctrica. La energía eléctrica en el Beni aún es un artículo de lujo para la mayoría de las poblaciones menores y comunidades campesinas e indígenas en pleno siglo XXI se alumbran con mecheros y velas.
Otro problema latente son las inundaciones, las observamos el 2007,2008 y 2014 y se avecina el fenómeno del niño. Estos fenómenos naturales ponen en desventaja la economía del Beni y la seguridad alimentaria de los pobladores.
Entonces las autoridades deben plantear y elaborar proyectos a largo plazo, ya basta de parches. Proyectos como el mejoramiento de las vías camineras para integrarnos todos los benianos al interior del departamento y con otros departamentos del país. El Beni requiere de incentivos económicos para reactivar su aparato productivo. Para mejorar la economía del Beni, se requiere de una reingeniería, es decir ver si seguimos con la economía monoproductiva como es la ganadería o vamos a diversificar la producción que sería lo más adecuado. Es bueno preguntarse si produciremos arroz para el autoconsumo o nos lanzamos al mercado y enfrentarnos a la oferta y la demanda?
El Beni requiere de proyectos a mediano y largo plazo en infraestructura caminera, ya no podemos seguir con el agua y barro hasta el cuello en tiempo de lluvias. Requiere de proyectos productivos, para diversificar la economía que son la base para mejorar las condiciones de vida. También se requiere invertir en educación a nivel superior, para obtener mano de obra calificada, ya sea técnica o universitaria y disminuir el índice de desempleo y trabajo informal.
El Beni requiere de fábricas, industrias que den valor agregado a la productos como la madera y la carne bovina. El Beni requiere potenciar el etnoecoturismo, el turismo de aventura, el turismo científico. Estas potencialidades se encuentran en provincias ricas en cultura y biodiversidad como Itenez, Mamaré y Vaca Díez, sin embargo, son zonas endémicas. Por eso se requiere erradicar las enfermedades prevalentes como malaria, dengue, lesmanhiasis y fiebre hemorrágica.
En la medida que se dejen las mezquindades políticas, y las autoridades nacionales, departamentales y municipales tomen estos retos con responsabilidad, el departamento del Beni alcanzará el anhelado progreso y desarrollo que permitirá a los benianos VIVIR BIEN.