Defensoría del Pueblo rechaza posiciones discriminadoras y racistas contra la whipala

Defensoría del Pueblo rechaza posiciones discriminadoras y racistas contra la whipala

Varios sectores defendieron la whipala (Foto ABI)

La Defensoría del Pueblo ve con preocupación que actores de opinión pública, políticos y cívicos que atribuyan el uso de la whipala como bandera partidaria, cuestionando su origen, su ancestralidad y simbolismo, para asumir discurso discriminador y racista, orientado a descalificarla, crear contradicción y tensión sociocultural en torno a este símbolo patrio que fácilmente, puede desencadenar en violencia.

La institución Defensorial hace notar que desde su origen en los movimientos indianistas y kataristas hasta la fecha, la whipala es un símbolo de resistencia de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y un símbolo patrio constitucionalizado del Estado Plurinacional.

Al amparo de la constitución y de instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos, naciones y pueblos indígena originario campesinos, tienen derecho a revitalizar, resignificar, reinterpretar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus símbolos de importancia cultural, entre otros.

En ese sentido, “descalificar a la whipala y tildarla de trapo, se constituye en un acto de discriminación, como los observados por la Defensoría del Pueblo y por el  Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI-Bolivia) en su informe”, dice un boletín defensorial.

La Defensoría del Pueblo recuerda que los hechos de octubre y noviembre de 2019, tras las elecciones generales, marcaron un punto de quiebre en la democracia boliviana, con consecuencias a largo plazo en la convivencia social; por lo que actores de opinión pública, y actores políticos y cívicos, con discursos racistas y discriminadores, no deben reavivar heridas aún abiertas en la sociedad boliviana.

La wiphala no termina en un partido político porque tiene su esencia en la resistencia y luchas de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, en la mujer de pollera, y en lo que algunos actores cívicos, atribuyéndose ser personas de bien exaltan un espíritu reaccionario que no está acorde con el momento histórico que vive Bolivia.

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